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El amor no se irrita, no guarda rencor El amor no se molesta por las cosas que le hagan, cuando lo insultan en la calle no se molesta; cuando lo engañan, aunque se hiere, no tiene odio ni rencor; cuando le son en contra no le causa irritación; cuando está en la calle y le vienen encima situaciones desagradables no se irrita. De estas cosas, ni de ninguna otra guarda rencor; y todas las perdona, las soporta. Aunque dentro de nuestra humanidad nos herimos grandemente, el corazón no se contamina con rencores y malos deseos.
Porque el amor todo lo perdona, todo lo soporta. El hijo irrespetuoso, la esposa peleona, el esposo celoso y de mal humor, los amigos traidores, los perdona, los soporta. Pablo en 2 Timoteo 2:10 dice: "todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna". Es bueno saber y estar consciente de lo que dice 1 Pedro 4:8, "Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados." Suena hermoso y muy espiritual decir que "todo lo soporto". No somos perfectos y tenemos nuestros límites, pero Dios no nos da carga que no podamos soportar. Muchas veces fallamos y no tenemos la capacidad de soportar mucho, pero para eso tenemos a Cristo el Poderoso. Aunque muchas veces tenemos la culpa de la carga, Él toma nuestra carga antes de nosotros desmayar, nos da una salida. Sin el Señor no lo podemos lograr. He escuchado muchos testimonios de esposas que han orado por sus esposos, al que aman, orado hasta por más de 25 años para que se convierta a Cristo y al final Dios los ha salvado. Y esposas que por su buena conducta se han ganado a su familia para Cristo y han soportado por años burlas por servirle a Dios. Hombres y mujeres de Dios que se han abstenido de hacer muchas cosas para que otros obtengan la salvación. El apóstol Pablo dice en 1 Corintios 6:12 así: "Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna." Y vuelve a repetir en 1 Corintios 10:23 que dice: "Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica." Y en versículo 24 continua: "Ninguno busque su propio bien, sino el del otro."
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