El amor no tiene envidia, porque cuando tu hermano recibe una
bendición mayor que la tuya, se goza. No procura tener lo que
tienen los demás por el hecho de que los demás lo tienen y
nosotros no lo tenemos. El amor se alegra por el bienestar de
los demás.
¡Oh, qué lindo es Dios!
A su nombre, ¡Gloria!
Santo, Santo, Santo es el Señor. Bendito es su nombre,
grande es su amor y para siempre su misericordia.