< REGRESAR
PRÓXIMO>
15. Homicidios
Es la muerte que se le causa a una persona. En el Antiguo
Testamento establece la diferencia entre asesinato voluntario y
premeditado, y el homicidio por imprudencia. En Éxodo
21:16 dice que el raptar a una persona libre para
venderla es homicidio. Por tanto los que secuestran niños para
venderlos en el mismo país o en otros países, aunque sea para
padres adoptivos, eso es homicidio. Si lo secuestran para otros
fines como la prostitución, es homicidio.
Cristo amplía más lo que es homicidio en Mateo 5:21-22
donde dice que además de matar, si te enojas con tu hermano, si
le dices necio, fatuo que significa tonto, necio, presuntuoso,
engreído; si le dices esto, eres culpable de juicio. Y en
1 Juan 3:15 dice: "Todo aquel que aborrece a su
hermano es homicida." Si estás en la iglesia y le tienes
odio o no toleras a un hermano o hermana de la iglesia, al cielo
no vas. Si has pensado en matar a una persona, aunque tal cosa
no haya pasado de tu mente a la acción, ya has cometido
homicidio en tu corazón.
El suicidio es también homicidio. De igual forma los que van a
la muerte robando, asaltando, en actos terroristas o por causas
de seguir doctrinas de hombres contrarias a Jesucristo. En un
instante cierran sus ojos a este mundo y despiertan en el
infierno, donde empiezan sus problemas para toda la eternidad.
< REGRESAR
PRÓXIMO>