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El Mapa de las Obras de la Carne y el fruto del Espíritu

 

LIBRO: El Mapa de las Obras de la Carne y el Fruto del Espíritu
Portada
Reportaje de prensa

Autor y fechas

Prólogo
 
Dedicatoria
 
Te Invitamos Señor

Dios Quiere Hablarte

Las Obras de la Carne
    Adulterio
     
    Fornicación
     
    Inmundicia
     
    Lascivia
     
    Idolatría
     
    Hechicerías
     
    Enemistades
     
    Pleitos
     
    Celos
     
    Iras
     
    Contiendas
     
    Disensiones
      La cizaña
       
    Herejías
     
    Envidias
     
    Homicidios
     
    Borracheras
     
    Orgías

    Y COSAS SEMEJANTES A ESTAS

    Homosexualidad y lesbianismo
     
    Sexo con animales
     
    Averroísmo
     
    Lujuria
     
    Avaricia
     
    Estafa

    Murmuraciones

    Maldicientes
      SEMÁNTICA

    Soberbia

    Contumaz

    Usar el nombre de Dios en vano

    Mentira

    Exageración

    Iniquidad

    Adivinación

    Encantador

    Consultar a los muertos

    Exorcista

    Escarnecedor

    Respondones o Contestones

    Iracundo

    Egoísmo

    Antagonismo

    Rivalidad

    Casamentero

    Prevaricar

    Lisonjeros

    Los Pecados de Sexo

El Fruto del Espíritu
    Amor
      El dar
       
      El amor es benigno
       
      El amor no tiene envidia
       
      El amor no se jacta
       
      El amor no hace nada fuera de lugar
       
      El amor no busca lo suyo

      El amor no se irrita, no guarda rencor
       
      Porque el amor todo lo perdona, todo lo soporta
       
      El amor no se goza de nada injusto
       
      El amor no es desconfiado
       
      El amor es de Dios
       
      El amor reprende y castiga
       
      En el amor no hay hijos preferidos
       
      El perfecto amor no es instantáneo
       
      El amor es responsable y no niño
       
    Gozo
     
    Paz
     
    Paciencia
     
    Benignidad
     
    Bondad
     
    Fe
      Pelea la buena batalla de la Fe
       
    Mansedumbre

    Templanza

Tiempo de Reflexión

 

 

 

 

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Encantador

 

       EL significado común se refiere a persona satisfecha y que satisface. Como por ejemplo, cuando a una persona por cortesía se le dice: "Encantado de conocerle" o "Usted es encantadora (muy simpática)". Esto no es obra de la carne, pero aquí nos referimos al hechicero, que es seductor, arrebatador, embelesador, cautivador, fascinador, que debilita.  Si una mujer usa cualquier medio, como lo son, modas sensuales, con perfumes fragantes, adornos, movimientos y voz sensual para atraer a los hombres y seducirlos, eso es encantamiento dentro de la hechicería. Lo mismo que si prepara tal o cual cosa, prende velas y otras cosas que se le ocurra para embobar a alguien, también es lo mismo.

             La mujer (coqueta) que le gusta ser deseada por los hombres y usa su cuerpo como instrumento, es ENCANTADORA, es pecadora. Comúnmente se le puede llamar a este tipo de mujer, coqueta.  He visto mujeres que se visten con el propósito de que los hombres las miren, que le digan algo en la calle, para llamar la atención.  Esto es manifestación de la carne, concupiscencia.  Por lo general, una persona así viene acompañada con varios pecados de sexo como lo son la lascivia, la lujuria, la fornicación o el adulterio.  Fuerte es lo que Dios le dice a toda mujer que tiene esta tendencia y no desea cambiarla de todo su corazón, Isaías 47: 7 al 10 dice:

"Dijiste: Para siempre seré señora; y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería.  Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón; Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.  Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechizos y de tus muchos ENCANTAMIENTOS.  Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve.  Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más."

 

            Ha quedado escrito en las sagradas escrituras la historia de Jezabel, una mujer que encantaba a los hombres. Una mujer que se pintaba y se maquillaba para ser coqueta, para gustar.  En 2 reyes 9: 30 dice la técnica que usó esta mujer: "Vino después Jehú a Jezreel; y cuando Jezabel lo oyó, se pintó los ojos con antimonio, y atavío su cabeza, y se asomó a una ventana."  Luego en los versículos que le siguen hasta el 37 narra como usó la voz coqueta para tratar de encantar al hombre de Dios.  Pero el hombre de Dios no se deja engañar por las Jezabeles ni tampoco le gustan, y esta mujer fue muerta y los perros comieron su carne.  Así, el Dios de los cielos dejó escrita esta historia para nosotros.

             Otra forma de hacer estas cosas es la forma de caminar, de mirar, de hacer señales con los ojos.  Los hombres no se quedan atrás, los pantalones apretados enseñando sus partes, es otra forma desvergonzada de encantamiento.  Otros usan sus autos lujosos para conquistar mujeres, otros andan con paquete de dinero para impresionar. Y todas estas cosas Dios las aborrece.  Isaías 3: 16 nos dice: "Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies;"

             Hay buenas noticias para las personas que tienen estas prácticas como única alternativa para sentirse atractivas e importantes. Proverbios 15: 13 te dice: "El corazón alegre hermosea el rostro." Y el Salmo 29: 2 te dice: "Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad." Y te lo repite en el Salmo 96: 9

             Aquí me detengo para contar una linda historia de la cual fui testigo:  Una amiga mía y hermana en la fe, se fue de retiro tres días con un grupo grande de personas que se retiraban en ayuno, oración y búsqueda de Dios.  Su experiencia con el Señor fue hermosa.  Cuando regresó después de esos tres días, todos la encontramos sumamente hermosa, linda, bella, preciosa.  El rostro le brillaba, sin maquillaje, ni adornos en el cuello, ni orejas, ni peinado ostentoso, ni ropa especial.

             He conocido mujeres que después de cierta edad, se creen feas y toman el temor de que hay otra mujer que le puede conquistar a su marido cristiano y se dejan engañar del diablo, se recortan el cabello y se pintan. Usan estas técnicas, en vez de buscar la belleza espiritual y la alegría del corazón. Esto de ninguna manera significa que la mujer cristiana sea abandonada en su vestimenta y peinado. Y digo esto porque he visto mujeres cristianas que parecen que salieron de un ropero viejo y no se arreglan, no visten bien y son unas abandonadas. De igual forma los hombres, he visto profesionales que ahora son hombres de Dios vistiendo mal, con zapatos sucios en mal estado, camisas o guayaberas viejas, sin planchar y arrugadas; en resumen descuidan su apariencia totalmente.

             Un día fui a ministrar la palabra de Dios al Hospital Psiquiátrico y fui estorbo porque mi camisa estaba sin planchar, no estaba bien vestido.  Y los pacientes se preocuparon por aquel ministro de Dios, por mí, y casi no atendían a la palabra. Además de todo esto, había pacientes bien vestidos. Los dos extremos son malos, bien ostentoso o abandonado, ambos son malos.

             ¿Dios es lindo, es bello, es precioso? ¡De seguro que sí! Dios es lindo, bello y precioso.  Pues es bien sencillo, ¿quieres verte hermosa, o bello?, sencillamente llénate de Dios.  Y todo esto es real y verdadero, porque al usted ser lleno del Dios hermoso esa hermosura se refleja en su apariencia.

 

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