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Soberbia Orgullo desmedido. Dios quebranta a los soberbios y en Isaías 28: 3 dice: "Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los ebrios de Efraín." Para entender mejor, recordemos que hay corona que su material es el oro, o hecha de espinas y aquí habla una hecha de soberbia. Ejemplo de soberbia es el que dice: "Como yo y mejor que yo en esto no hay nadie.", "Este es el mejor lugar del mundo y lo demás es poca cosa." O cuando en una iglesia dicen: "Como esta iglesia muy pocas en este país o quizás una más o ninguna, esta es la mejor, aquí el poder de Dios es donde mejor se siente"; o si dice: "Si te vas de esta iglesia te vas a perder"; o si dicen: "El pasto de esta iglesia es verde y bueno, como este no lo vas a encontrar". Todas estas cosas y muchas más que ahora usted está cayendo en razón, todas son soberbia. No actúe a la defensiva, sea receptivo al mensaje, si le molesta analice lo que significa humildad y compárelo luego con la soberbia. Contaré tristes historias muy reales las cuales pueden estar pasando cerca de ti. He oído testimonios y también he sido testigo de cómo iglesias, evangelistas, pastores y otros hermanos en la fe han perdido el respaldo de Dios. Unos los he visto vivir de sus glorias pasadas. Otros cabizbajos miran con tristeza lo que eran una vez. Otros los estoy viendo en la actualidad como están cayendo. En todos ellos hay un denominador común, la soberbia, el orgullo desmedido. Muchas veces se les siente el orgullo que desagrada a Dios cuando expresan cosas como estas: "¡Como Dios me usa!"; "Yo sé lo que hago, a mí Dios me habla, yo no le hago caso a nadie, yo sé de esto." En otros casos he visto cómo se siente el orgullo cuando expresan y publican en la iglesia o fuera de la iglesia cuando han sacado un demonio de una persona, o cuando han resucitado una persona que murió en presencia de muchos. He visto la total ausencia de humildad aunque con sus labios le dan la gloria a Dios. Muy lamentablemente han perdido la bendición de Dios. Detengámonos un momento y viajemos a la Biblia en Lucas 10: 17 al 20. Parémonos al lado de nuestro Señor Jesucristo para oír de El la conversación con sus discípulos: "Y volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás, como un rayo, que caía del cielo. He aquí os doy potestad de hollar sobre serpientes y sobre los escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Mas no os gocéis de esto, que los espíritus se os sujetan; antes gozaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos."Parece ser que los discípulos venían con cierto orgullo que les hacía daño a su salvación. Y la contestación del Señor fue recordarles lo que le pasó a Satanás cuando fue expulsado del cielo. Satanás era un ángel hermoso que se llenó de orgullo desmedido y pecó contra Dios. Él tenía el poder que Dios le había dado. Por tal razón, el Señor les recuerda esto para que no les pase como a Satanás, que ahora es enemigo de Dios y le espera un horrendo castigo en Apocalipsis 20: 10. Es una muy clara advertencia, porque el poder es de Dios, del Cristo, toda la gloria y honra es para Él. Y debemos ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor (Filipenses 2: 12), velando siempre. Bienaventurados los que vienen al Evangelio de Cristo ahora y los que se acogen a estos consejos. Y bien claro lo expresa Mateo 20: 1 al 16 donde termina diciendo: "Así los primeros serán postreros, y los postreros primeros: porque muchos son llamados, mas pocos escogidos." ¡Palabra de Dios!
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