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Maldicientes Maledicencia, maldecir, echar maldición, irritarse contra algo. Hablar mal de uno. Una persona maldiciente es cuando esa es su conducta común y no aplica a un caso aislado, donde esa persona esa vez actuó así. Las personas que en su boca, en cualquier enojo, regaño y otras cosas, hablan insultos, hablan malas palabras o son boquisucios, éstos son maldicientes. Si usted se justifica diciendo: " ...no, es que yo no hago eso, sólo cuando me molesto que digo alguna que otra palabrita ...". Si esa palabrita no son palabritas y son insultos o maldiciones, es maldiciente. Y si las piensas aunque no las digas, también eres maldiciente. Hay cristianos que son maldicientes al utilizar expresiones de la "religión", para desahogar lo contaminado de su corazón. Por ejemplo: si dices con enojo: "¡Qué malicia!"; o dices: "¡Hijo del diablo!" Aunque trate de engañarse a sí mismo, debe reflexionar si la intención es herir, maldecir. Aunque lo disfraces, es maldiciente.
SEMÁNTICA. Es la ciencia que estudia los cambios de significación de las palabras. Y aquí es muy claro que estas expresiones dan otro significado, el significado de maldecir.
Parte de un testimonio cuenta que en Venezuela, en una montaña relacionada con el demonio llamado María Leoncia, el testigo vio y participó de un culto a Satanás y las alabanzas. Y las alabanzas a Satanás eran decir toda clase de malas palabras, las que el testigo nunca había escuchado. ¡Detente un momento! ¡Pregúntate a ti mismo! ¿A quién alabas tú, a Dios o al diablo? Repito. Las malas palabras son alabanzas a Satanás, que es el diablo, el enemigo de Dios. ¿Entiende? Cada vez que en su conversación usted habla malas palabras, palabras obscenas, usted está alabando al diablo y está siendo enemigo de Dios. Si en los enojos dice malas palabras, es alabanza al diablo; si dice malas palabras como chiste, es lo mismo; si las dice como parte de su conversación, es lo mismo. Y para los que al enojarse hablan malo, la Biblia te dice en Efesios 4: 26 al 27 así: "Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo." Se le da lugar a tu peor enemigo que es el diablo, hablando malo y también acostándote enojado. Al Señor no le agrada que el cristiano pronuncie ninguna maldición, en Judas :9 dice: "Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda." Volvemos a decir que en 1 Corintios 15: 33 al 34 nos dice así: "No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Velad debidamente, y no pequéis;..."
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