Se aplaude la
maldad de mil formas
tanto los impíos como los que tienen normas
cuando en la carretera un auto se quedó
el que está detrás maldice porque rápido no se movió,
porque solo se piensa en lo que yo quiero hacer
y no en el problema el otro puede tener.
Es motivo de alegría cuando se está laborando
y en el trabajo se da el día libre porque la lluvia está
a muchas casas ya inundando,
no se piensa en la toda la gente que en ese sector
de muchas formas se preocupan y se están afectando.
Si en auto o a pie estamos avanzando
nos molestamos si el que está al frente
no hace lo que queremos y decimos, está estorbando.
No nos importa como son los demás
y si tienen problemas lo mismo nos dá.
Los que critican al que a un templo quieren asistir
sacian su opinión marchita y no les importa
que por consecuencia a los templos dejen de ir.
Cuando nos alegramos de que el YO no se rasguñó
porque otro en nuestro lugar se mató
no pensamos el dolor inmenso que causa esa muerte
y lo menos que pensamos es lo que CRISTO enseñó.
Cuando un accidente en la carretera sucede
y por consecuencia el lento tráfico no cede
y solo pensamos, lamentamos y novelaríamos
sin saber las amarguras, angustias y sufrimiento
que las víctimas sienten y tú no le das aliento.
Si en el
diario vivir otro comete una torpeza
lo despellejamos sin piedad y con dureza
sin entender que no somos perfectos
y lleno estamos de mil defectos.
Si a la maldad no quieres aplaudir
entonces analiza tu diario ir y venir
y busca en Cristo y en Jehová tu DIOS
todo lo en la cruz del calvario
a precio de sangre se nos dio.
Miércoles 11 de abril de 1990
Hoy por la noche de momento pensé en lo que aquí expreso