Sábado, 22 abril 2023
Homicidios, sicarios y asesinos
Homicidio es la muerte que se le causa a una persona. En el Antiguo Testamento establece la diferencia entre asesinato voluntario y premeditado, y el homicidio por imprudencia. En Éxodo 21:16 dice que el raptar a una persona libre para venderla es homicidio. Por tanto los que secuestran niños para venderlos en el mismo país o en otros países, aunque sea para padres adoptivos, eso es homicidio. Si lo secuestran para otros fines como la prostitución, es homicidio. Cristo amplía más lo que es homicidio en Mateo 5:21-22 donde dice que además de matar, si te enojas con tu hermano, si le dices necio, fatuo que significa tonto, necio, presuntuoso, engreído; si le dices eso, eres culpable de juicio. Y en 1 Juan 3:15 dice: "Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida." Si estás en la iglesia y le tienes odio o no toleras a un
hermano o hermana de la iglesia, al cielo no vas. Si has pensado en matar a una
persona, aunque tal cosa no haya pasado de tu mente a la acción, ya has cometido
homicidio en tu corazón, es obligatorio arrepentirte y pedirle perdón al Señor.
No se debe tomar como suicidio un acto de perder la vida para salvar la de otros, o morir por causa de Cristo. De igual forma los que van a la muerte robando, asaltando, en actos terroristas o por causas de seguir doctrinas de hombres contrarias a Jesucristo. En un instante cierran sus ojos a este mundo y despiertan en el infierno, donde empiezan sus problemas para toda la eternidad. Ahora tocamos un tema extremadamente delicado, un asesino, sicario (asesino a sueldo), violador, secuestrador, o cualquier tipo de homicidio, ¿si se convierte a Cristo debe confesar sus delitos a la policía o fiscalía para ser salvo? ES NECESARIO SER SENSIBLE A VOZ DEL SEÑOR EN TU CORAZÓN Asesinos que se arrepintieron y Dios los perdonó. Repetimos la pregunta, ¿un asesino, un sicario, un violador, un delincuente, homicida, debe confesar su pecado ante la justicia para ser salvo? Suponiendo que se convierte al Señor de corazón, ¿debe quedarse callado y esconder esos crímenes? ¿Será que al morir o Cristo venir es salvo o va al infierno? El rey Manasés – 2 Reyes 21:1 al 18 y 2 Crónicas 33:1 al 20, Sacrificó a su hijo a los ídolos, junto con todos sus pecados de idolatría, asesinó a mucha gente inocente. Al Dios entregarlo al enemigo y estar en angustia, clamó a Jehová y Jehová lo perdonó y lo restauró. El Salmo 32 de David, quizás luego de cometer adulterio con una mujer casada, y luego asesinar al esposo de esta para encubrir su pecado, esto dejó escrito, versículos 3 al 5:
Tenemos a David, un creyente con experiencia con el Señor, y aún así pecó groseramente pero confesó su pecado. Dios lo perdonó, pero sufrió las consecuencias de su pecado en una manera peor que la cárcel, aun siendo ya perdonado. Jehová habla en los versículos 8 y 9 a David y muchos en la actualidad, escuchemos:
En palabras simples para que podamos entender más claramente, Jehová te dice que es Él que te va educar, te va a enseñar, para que no seas burro, torpe, obstinado, porque no haces caso, porque haces como salvaje al hablar al pensar o actuar en muchas cosas en tu vida diaria, que no atropelles a la gente con tu actitud o con tus palabras torpes, que el Señor te va arreglar. ¿Cómo lo hará? ¡Ay! Cada cual vivirá su propia experiencia. No solamente media el arrepentimiento y apartarse del mal, sino que es necesario confesar tu pecado, para que entonces Dios actúe a favor tuyo. ¿Qué tenemos hasta ahora? Dos reyes, el rey Manasés y el rey David. El primero empezó haciendo lo malo, demasiado mal, al final de su reinado, se arrepintió de corazón, y en medio de su clamor, Jehová lo perdonó y lo restauró. Al ser restaurado comenzó a reparar todo el daño ocasionado y fue ferviente servidor de Jehová. Por otro lado, tenemos a alguien con conocimiento de Dios, que fue asesino, se arrepintió, Dios lo perdonó, lo dejó como rey, pero pagó muy caro su pecado, con mucho dolor y grandes consecuencias. Esto es, lo primero es confesar el pecado, luego el Señor decide lo que va hace contigo. En estos casos, por tratarse de reyes, el trato fue directo con el Señor. Pero en el caso de sicarios, asesinos, homicidas y violadores, las consecuencias son con la justicia terrenal, policía y fiscalía. Lo importante es la salvación por arrepentimiento, confesar y convertirse al Señor de corazón. Esto es demasiado serio y peligroso para dar respuestas erróneas o justificarse. Yo hago una pregunta, ¿qué hay en el corazón de una persona que dice ser cristiana, que dice que ha nacido de nuevo, que dice amar al Señor, y quizás cuenta sus crímenes, y no siente remordimiento, no siente el dolor ajeno, lo toma como algo normal? ¿Acaso siente que ya pagó su deuda porque siente que Cristo lo perdonó y así nada más? ¿Cómo alguien puede pensar volver al sicariato (asesino a sueldo) a quitarle a vida a otros y ver eso como un trabajo más? Ciertamente las llamas del infierno le rodean y lo persiguen. Un hermano en la fe, ahora hombre de Dios, un día, como un arrebato, me contó su testimonio, que resume de esta manera:
En un tiempo no muy largo, se entregó al Señor en la cárcel, lo hizo como los pocos presos que son genuinos en su entrega al Señor, el Señor obró y lo sacó de la cárcel. Ahora es un hombre de Dios y hasta se hace difícil creer que era una persona así. Yo no te voy a decir lo que tienes que hacer, es un problema muy serio que debes orar en lo secreto al Señor, y tomar una decisión. En esta vida solo tienes dos caminos, la salvación y vida eterna, o la condenación eterna, el infierno y luego el lago de fuego. ¡Tú decides! Los que decidan confesar sus crímenes, pueden escribirlo en papel, estampar al dorso del papel su huellas de la mano, e ir la fiscalía o la policía a entregarse con esa confesión escrita. Esto solo lo puede hacer una persona valiente, que le cree al Señor y que está segura de su salvación.
Así dice el Señor en Proverbios 28:13
Hoy Jesús te llama.
Espere el próximo mensaje. ESCAPA POR TU VIDA |
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