DICCIONARIO Velo Del Templo. El tabernáculo tenía dos velos o cortinas, uno grueso y hermoso entre el Lugar Santo y el Santísimo (Éxodo 40:33) y otro a la entrada del atrio (Éxodo 40:33).
Aunque con frecuencia se usa la misma palabra para designar a ambos (en hebreo, masak; en griego, katapétasma), solo el primero tiene valor litúrgico porque demarcaba el lugar más sagrado del SANTUARIO, y se rociaba con sangre en algunas ceremonias. El templo de Salomón y los dos templos posteriores retuvieron estos velos.
Los Evangelios cuentan que, a la
muerte de Jesús, el velo del templo se rasgó (Marcos 15:38). Unos
suponen que se trata del velo interior (compárese Hebreos 6:19; 9:3;
10:20 donde su ruptura es símbolo del acceso del cristiano
directamente a Dios mediante el sacrificio de Cristo). Otros aducen
que se refiere al velo exterior, ya que el interior no era visible
al pueblo. El claro mensaje de que se haya rasgado el velo del templo es que ahora, en el período de la Gracia con Jesús, el creyente tiene entrada al presencia de Dios mismo sin necesidad de un intermediario como lo eran los sacerdotes.
Tomado de
Biblia
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