La Autoridad de Dios en el
Creyente
Sin artes mágicas, sin esfuerzo extraordinario, el
creyente tiene la autoridad de atar y echar fuera
demonios, de sanar enfermos y declarar bendiciones.
Primeramente lo más importante es no perder nuestra
salvación. Jesús dijo: "Miren, les he dado
autoridad para pisotear sobre serpientes y
escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y
nada les hará daño. Sin embargo, no se
regocijen en esto, de que los espíritus se les
sometan, sino regocíjense de que sus nombres están
escritos en los cielos."
Luc 10:19-20
Analice la autoridad que nos da Jesús en estas
palabras.
Jesús llega a tierra de los Gadarenos y se encuentra
con dos endemoniados y los demonios que tenían estos
endemoniados dijeron:
Y gritaron: "¿Qué hay entre Tú y nosotros, Hijo
de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes
del tiempo (designado para el juicio)?"
Mat 8:29
¿Qué sucede aquí? Lo que sucede es que los demonios
no soportan la presencia de Jesús. Esto
claramente significa que el creyente que está lleno
de la presencia de Dios, presencia de Jesús, tiene
toda la autoridad de atar y echar fuera demonios.
Jesús le preguntó a sus discípulos:
Y ustedes, ¿quién dicen que
soy Yo? (Mat 16:15)
Y Pedro respondió: Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente.
Jesús le responde: Bienaventurado eres Simón
hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni
sangre, sino mi Padre que está en el cielo. (Mat
16:16)
Pero hoy, nosotros, somos más bienaventurados porque
sin haber visto hemos creídos y hemos recibido
convicción a través del Espíritu Santo Dios y
sabemos claramente que Jesucristo es el Hijo del
Dios Viviente.
Y sobre esa verdad de que Jesucristo es el Hijo del
Dios Viviente, Jesús dice: "edificaré
mi iglesia, y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella." (Mat 16:18)
Por tal razón recibimos el mismo poder y potestad
que recibió Pedro, y Jesús nos recuerda ahora y
cito: "Y a ti te daré las
llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares
en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que
desatares en la tierra será desatado en el cielo."
(Mat 16:19)
Jesús dejo clara instrucciones: Y les dijo: "Id
por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura. El que creyere y fuere bautizado,
será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi
nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas
lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si
bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los
enfermos pondrán sus manos, y sanarán."
Marcos 16:15-18 Deténgase un momento a
meditar y detalle cada palabra. Es
importante indicar que hay analistas de la Biblia
que dicen que estos versículos no pertenecen a
Marcos, pero aún así todo el resto del Nuevo
Testamento lo confirma.
Si usted ha aceptado a Jesús como su salvador,
reconoce que el Padre lo envió, que eres sellado con
el Espíritu Santo de Dios, vives para Dios,
entonces, no existe demonio, ni el mismo Satanás que
se te pueda resistir. Son los demonios los que
le tienen miedo a un creyente que alaba al Señor.
Nunca jamás tengas temor de ningún brujo, Gnóstico,
satanistas o cualquier maldad, porque en ti está la
autoridad de Dios y ante la presencia de Dios
tiembla toda la tierra.
Si has sentido apariciones y presencias malignas, ya
sabes como atarlas y echarlas fuera en el nombre de
Jesús.
Jamás lo ponga en duda. Ata y reprende toda
malicia, todo demonio y ruega a Dios que se le
revele a los brujos para que Dios los salve.
Tienes autoridad para desatar bendiciones retenidas,
para interceder en oración por un enfermo, para que
Dios se le revele a un pecador, para deshacer
cualquier maldición o conjuro.
Practica ahora mismo, pronuncia en alta voz lo
siguiente solamente si lo crees y lo sientes en tu
corazón:
"Yo confieso que Jesús es el Señor, que es mi
salvador y sanador, que es el Unigénito Hijo de Dios
Padre, que el Espíritu Santo me guía a toda verdad y
toda justicia. Creo en el poder que Dios me ha
dado por su Gracia y amor. Creo en el perdón
de pecados y en este momento yo perdono a los que me
han ofendido. Amén."
Esto es solo de creerle a Dios y apartarse del
pecado, sin esfuerzo mental o trucos de magia. Ahora
sus oraciones irán con más poder de Dios, solamente
porque tú le has creído a Dios.
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